La Maratón del Papel no es esfuerzo de unos pocos. El motor es la solidaridad y al auto lo empujamos todos.
Los primeros llegaron a las siete de la mañana, llenaron de voces, alborotaron con su pasos. Es un día especial y se lo vive de esa manera. De a poco, la fachada del hospital se transforma y se viste de fiesta.
Una fiesta en la que se mezclan juegos y trabajo: llegan cargamentos de papel y hay que separar y distribuir que se combinan con espectáculos y actividades lúdicas para los pequeños.
Por suerte, somos muchos y cada cual tiene asignado su papel, valga la redundancia.
Participan alumnos de diferentes colegios secundarios, de la Facultad de Ciencias Exactas , artistas y periodistas.
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